Luca Ruffo abrió la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Castellón

Luca Ruffo abrió la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Castellón
Por Amparo Gomar


Luca Ruffo, de la Escuela Taurina de Castellón, oreja y oreja
Jorge Cordones, de la Escuela Taurina de Albacete, silencio y palmas
Fabio Castañeda, de la Escuela Taurina de Madrid, vuelta al ruedo y palmas


Con un cuarto de entrada y amenazando lluvia, se lidió el sábado 12 el primero de los festejos de la Beneficiencia en la Plaza de Toros de Castellón.

Tres chavales jóvenes, novilleros sin picadores, se enfrentaron a novillos de Manolo Beltrán, de buen juego y distinta presentación.

Luca Ruffo, de la Escuela Taurina de Castellón, pero formado en la de Valencia, cortó una oreja en cada uno de sus astados. Al primero, castaño, que fue el mejor de los seis, lo toreó con gusto a la verónica. Con su faena de muleta logró transmitir al público sus ganas y pundonor, dejando muletazos para el recuerdo. En su segundo, algo peligroso en banderillas, que dio una voltereta a Jorge Cordones en su turno de quites, anduvo voluntarioso. El buen uso de la espada en sus dos novillos junto con sus ganas, esfuerzo y buen hacer, le valieron para cortar dos orejas y abrir la Puerta Grande.

Jorge Cordones, de la Escuela Taurina de Albacete, demostró sus ganas de ser torero, pero todavía debe recorrer un camino largo. En su primero toreó con ganas pero poco acierto, estrellándose con la espada. En el segundo, buen novillo, intentó dejar algún detalle, pero de nuevo el mal uso del estoque hizo enfriar al público.

Fabio Castañeda, de la Escuela Taurina de Madrid y reciente triunfador del Concurso de Escuelas Taurinas de Nimes banderilleó a sus dos novillos, con mas ganas que acierto. Variado de capote en su primer novillo, más flojo con la muleta, dio una vuelta al ruedo en su primero, tras intentar unas estocadas y caer en mal sitio. Al segundo novillo lo toreó con largas cambiadas de rodillas y con trazos muleteros, con algunos enganchones. El mal uso de la espada le privó de algún posible triunfo por su estilo bullicioso.